Vall de Boí, donde los Pirineos tocan el cielo


El Valle de Boí es un municipio formado por ocho pequeños núcleos de población de entre 9 y 200 habitantes. Sus paisajes de alta montaña y el clima extremo contribuyeron al aislamiento del Valle durante muchos siglos. Este hecho, junto con el carácter de sus gentes, las costumbres y tradiciones, y su actividad económica, basada durante siglos en una ganadería de subsistencia, han logrado preservar casi intacto el territorio y sus riquezas naturales y culturales.

Los principales atractivos del Valle son El Parque Nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici, el balneario de Caldes de Boí, las pistas de esquí de Boí Taüll Resort, y el conjunto de iglesias románicas declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Todo esto lo convierte en un lugar ideal para los amantes de la naturaleza, del bienestar y de la tranquilidad. Además el entorno que lo rodea, permite realizar todo tipo de actividades relacionadas con la montaña y el aire libre.

El centro románico de la vall de Boí, en Eric la Vall, es un espacio de interpretación con información sobre cómo llegó el románico hasta este valle del prepirineo catalán, de dónde proviene su iconografía, cómo era la sociedad en la época de la construcción de las iglesias, qué técnicas se utilizaron para levantarlas, etc.





El balneario de Caldes de Boí, está en el pueblo del mismo nombre. Tiene el Record Guinness por sus 37 manantiales que emanan por una superficie de 24 hectáreas de jardines, el balneario de Caldes de Boí es la estación termal con mayor variedad de aguas minero-medicinales del mundo.



El Parque Nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici es uno de los catorce parques nacionales del Estado español y el único existente en Cataluña. Situado en el corazón de los Pirineos, junto con los parques de Ordesa y Monte Perdido y el de los Pirineos Franceses, es una excelente representación de los principales ecosistemas que podemos descubrir en la alta montaña catalana.
Cumbres que superan los tres mil metros de altura; ríos, barrancos, cascadas y ciénagas que nos hacen sentir, verdaderamente, el país del agua; más de 200 estanques de formas y colores diversos, y una gran diversidad de especies animales y vegetales que luchan para sobrevivir en un medio físico riguroso dan vida a este espacio natural protegido único del sur de Europa.




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