La Toscana Española: Cretas
Cretas
Antigua Villa Forjada en su mayor parte en el arte gótico. Los arcos van sucediéndose hasta la plaza Mayor, en cuyo centro se alza un considerable monolito de piedra en el que se muestra el escudo de la villa, datado en 1584 y reconstruido en 1962. En su término municipal se encuentran señalados varios restos arqueológicos que recorren la historia de la población desde la época epipaleolitica hasta la romana.
Varios yacimientos demuestran el asentamiento en la Edad de Bronce. Su periodo halltattico muestra vestigios de una importante defensa amurallada similar a otros lugares como Mas de Madalenes y Els Castellans. También se localizan muestras de ocupación ibérica, en los que se recogen muestras de cerámica pintada y fragmentos de estela. La ocupación esta presente en yacimientos como el de Campo Romano.
Cretas fue reconstruida por Alfonso I, al mismo tiempo que otras poblaciones vecinas como Calaceite, Arnes, y Lledo, y posteriormente entregadas a Pedro Sancho Vidal de Abarca. Tras la batalla de Fraga se perdió de nuevo este territorio, hasta que Ramón Berenguer IV incluyó a Cretas en el lote que le fue cedido a Alcañiz.
En 1179 fue entregada por Alfonso II a la Orden de Calatrava, que impuso su continuidad hasta 1295, año en que Rodrigo Ponce, maestre de la orden, vendió la población al obispo de Tortosa, por un precio anual de tres mil sueldos. El obispo trató de eludir el pago en numerosas ocasiones, por lo que fue necesaria la intervención real.
Varios yacimientos demuestran el asentamiento en la Edad de Bronce. Su periodo halltattico muestra vestigios de una importante defensa amurallada similar a otros lugares como Mas de Madalenes y Els Castellans. También se localizan muestras de ocupación ibérica, en los que se recogen muestras de cerámica pintada y fragmentos de estela. La ocupación esta presente en yacimientos como el de Campo Romano.
Cretas fue reconstruida por Alfonso I, al mismo tiempo que otras poblaciones vecinas como Calaceite, Arnes, y Lledo, y posteriormente entregadas a Pedro Sancho Vidal de Abarca. Tras la batalla de Fraga se perdió de nuevo este territorio, hasta que Ramón Berenguer IV incluyó a Cretas en el lote que le fue cedido a Alcañiz.
En 1179 fue entregada por Alfonso II a la Orden de Calatrava, que impuso su continuidad hasta 1295, año en que Rodrigo Ponce, maestre de la orden, vendió la población al obispo de Tortosa, por un precio anual de tres mil sueldos. El obispo trató de eludir el pago en numerosas ocasiones, por lo que fue necesaria la intervención real.
Lo que mejor define Cretas, este pequeño municipio situado en la comarca de Matarraña, es la Iglesia de la Asunción, levantada en el siglo XVI.
El resto del casco antiguo del pueblo es igualmente admirable por su valor arquitectónico.
El resto del casco antinguo del pueblo es igualmente admirable, en un paseo al atardecer, por su valor arquitectónico.
Respecto al patrimonio natural de la zona, al igual que en toda la comarca Cretas goza de unos paisajes excepcionales, así como de un clima mediterráneo moderado. Son muy recomendables las rutas a pie o en bici, así como la práctica de deportes de montaña. Especialmente hermosos son los saltos del río, que puede ir a admirar en cualquier momento, al igual que varias fuentes de agua.
Comentarios
Publicar un comentario