5 rincones de España que te trasladarán a otro mundo
1. La selva de Irati (Navarra)
La Selva de Irati es el segundo hayedo-abetal más extenso y mejor conservado de Europa, después de la Selva Negra de Alemania. Una inmensa mancha verde de unas 17.000 hectáreas que se mantiene en estado casi virgen. Se encuentra situada en el Pirineo oriental navarro, en una cuenca rodeada por montañas (Ori, Abodi...), en la cabecera de los pirenaicos valles de Aezkoa y Salazar.
La Selva de Irati es un tesoro natural con gran valor ecológico en el que conviven distintas figuras de protección como las reservas naturales de Mendilatz y Tristuibartea y la reserva integral de Lizardoia. Tupidos hayedos, pastizales, abetos y frescas aguas pintan un paisaje de colores vivos que se transforma con cada nueva estación.
2. Parque Nacional de Garajonay (La Gomera)
El parque destaca sobre todo por ser el principal exponente de la laurisilva canaria, un ecosistema proveniente de la Era Terciaria, que desapareció del continente como consecuencia de los cambios climáticos ocurridos en el Cuaternario. El bosque de laurisilva del Garajonay concentra la mitad de la extensión arbórea madura de este tipo de vegetación en todo el archipiélago, en unas condiciones óptimas de conservación.
El Parque Nacional de Garajonay debe su nombre a la leyenda de los amantes Gara, princesa gomera y Jonay de Tenerife quienes ante la desaprobación de su amor por sus familiares, decidieron clavarse una lanza de madera y tirarse desde el pico más alto de la isla.
3. Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido (Huesca)
En el corazón del Pirineo aragonés se extiende el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, un espectáculo de la naturaleza que el próximo 16 de agosto cumplirá 100 años desde su declaración como tal. El entorno presume, además, de otros títulos importantes: Patrimonio de la Humanidad, Reserva de la Biosfera y Zona de Especial Protección para las Aves. Cumbres de nieve casi perpetuas, glaciares, bosques de hayas y abetos, cascadas en el fondo de los valles, ríos, verdes praderas y desiertos de altura pintan el magnífico paisaje de sus casi 16.000 hectáreas, en las que sobresalen el imponente Monte Perdido (3.355 m), el mayor macizo montañoso calcáreo de Europa Occidental, y las cimas del Cilindro y Pico de Añisclo. Cuatro valles (Ordesa, Añisclo, Escuaín y Pineta), por los que discurren las aguas de los ríos Arazas, Bellós, Yaga y Cinca, respectivamente, rodean estos impresionantes picos.
4. Nacimiento del Río Mundo (Albacete)
Considerado uno de los espectáculos naturales más bonitos de España, el río Mundo tiene su nacimiento en el municipio albaceteño de Riópar. En un paraje tranquilo, entre páramos y árboles, hace su aparición una enorme cascada, conocida como el Reventón del Río Mundo. De esta forma comienzan kilómetros y kilómetros de agua que van atravesando gran parte de la provincia de Albacete.
5. Fragas do Eume (A Coruña)
Las Fragas do Eume, que se extienden por un abrupto valle de profundas gargantas, presumen de ser el bosque atlántico costero mejor conservado de Europa y uno de los escasísimos bosques de su tipo en el continente.
Mitad parque natural, mitad bosque encantado. Cuando te adentras en las Fragas do Eume, un bosque milenario con superficie equivalente a unos 10.000 campos de fútbol. Al bordear el río Eume por caminos cubiertos por robles, castaños y musgo, mientras descubres monasterios perdidos o cruzas puentes colgantes, bien podrías cruzarte con un trasgo o una ninfa.
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